El rasgo de la alta sensibilidad fue descrito por primera vez por la Dra. Elaine Aron, quien llevó a cabo una extensa investigación sobre las personas altamente sensibles (PAS) y descubrió que representan el 20% de la población.

No se trata de un trastorno psicológico ni una enfermedad sino una característica innata de la personalidad. Las PAS poseen un sistema nervioso más reactivo por lo que generalmente se trata de personas con una mayor sensibilidad sensorial y emocional.

Existen cuatro pilares básicos en las personas altamente sensibles: La profundidad del pensamiento, la empatía, la sensibilidad hacia las sutilezas y la sobreestimulación.

Profundidad de pensamiento

Las PAS tienden a analizar las situaciones desde múltiples perspectivas y de manera muy profunda. Esta característica influye en su procesamiento de la información y la forma que tienen de experimentar el mundo.

Empatía

Se trata de personas que tienen una capacidad única para comprender la complejidad de las emociones y las relaciones interpersonales, lo que las lleva a sintonizar de manera auténtica con quienes las rodean.

Sensibilidad hacia las sutilezas

Las PAS son capaces de detectar matices y sutilezas que podrían pasar desapercibidas para otros, como expresiones faciales, cambios en el tono de voz o matices emocionales. Generalmente son personas muy creativas con gran apreciación por el arte en sus diferentes modalidades.

Sobreestimulación

Debido a la intensidad con la que procesan la información, las personas altamente sensibles, se sienten fácilmente abrumadas. Es habitual que las PAS se sientan sobreestimuladas en entornos con mucho ruido o luces brillantes. Son capaces de absorber la información emocional de las personas de su alrededor, tanto positiva como negativa, y necesitar un tiempo de recuperación para procesar una carga emocional tan intensa.  

Otras características habituales de las PAS son su elevada autoexigencia, perfeccionismo y autocrítica.

La alta sensibilidad está llena de ventajas indiscutibles como la conexión profunda con los demás, la empatía excepcional, la creatividad y la capacidad para captar la belleza. No obstante, las PAS, se enfrentan a desafíos en un mundo donde son minoría. La sobreestimulación es la principal desventaja, ya que, si no se aprende a gestionar, puede conllevar fatiga, ansiedad y estrés.

Ser consciente de la propia sensibilidad es crucial para gestionar el bienestar emocional. Las PAS deben descubrir sus recursos para potenciar el autocuidado, la aceptación y la autocompasión.

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